¿Te has preguntado alguna vez por qué nos ponemos tan felices cuando vemos nuestras galletas favoritas en la cocina? ¿O por qué todo el mundo, si pudiese elegir entre un Forium Ferrari, elegiría el Ferrari? Pensamos que compramos racionalmente, pero en realidad más de la mitad de las compras las realizamos de manera irracional. Las empresas invierten cada año millones de euros en mostrarnos sus productos y servicios mediante publicidad, pero muchas de esas empresas ni siquiera saben cómo actúa nuestro cerebro cuando vemos sus anuncios.
Una de las estrategias que las compañías suelen utilizar para promocionar sus productos es la publicidad por emplazamiento. La publicidad por emplazamiento consiste en meter productos promocionados en películas, programas, series, videoclips, etc. Lo hemos visto en películas como Rocky, cuando vemos que Rocky lleva unas Converse cuando subía los escalones del Museo de Filadelfia durante su entrenamiento, o en la película Regreso al Futuro, cuando Marty McFly entra al restaurante y pide una Pepsi.
La idea de esta técnica es muy buena, ya que está consiguiendo promocionar sus productos de una manera en la que el espectador ni siquiera es consciente de ello. Pero no todos los anuncios por emplazamiento son efectivos. Para que sea un buen anuncio de este tipo, el producto que se muestra tiene que formar parte de la narrativa de la película o el show.
Por ejemplo, si en vez de haber visto las Converse mientras Rocky entrenaba, las hubieses visto en una estantería de su casa, el efecto que hubiese causado en nuestro cerebro hubiese sido muy distinto. Al verlas mientras Rocky entrena, nuestro cerebro asocia a las Converse, de manera inconsciente, a los valores que transmite la película como la superación, esfuerzo o triunfo.
Estas asociaciones que hace nuestro cerebro se llaman marcadores somáticos. Si por ejemplo te quemaste alguna vez cuando eras pequeño jugando con un mechero, tu cerebro asoció mechero y dolor para que no lo hicieras de nuevo. Los marcadores somáticos son totalmente emocionales y luchan por crear marcas que sean buenas para nosotros. No es casualidad que en todos los anuncios de Coca-Cola, los protagonistas parezca que son las personas más felices del mundo ya que Coca-Cola quiere que asocie sus bebidas a la felicidad y a pasar un buen rato.
Y parece ser que Coca-Cola lo ha conseguido, porque sus consumidores disfrutan de sus bebidas y están felices al beberlas a pesar de que saben que la Coca-Cola es mala para la salud. Pero como dijimos al principio del vídeo, la mayoría de nuestras compras son emocionales. Y esto que ha logrado Coca-Cola se puede conseguir también con olores o sonidos.
Si eres fan de McDonald\'s, te habrás dado cuenta que en casi todos sus anuncios aparece una pequeña cancioncita seguida de un I\'m Lovin\' It o por ejemplo el famoso audio de Twentieth Century Fox al inicio de una película. No hace falta ver el anuncio para adivinar la marca, simplemente hace falta escucharlo. Y con los olores ocurre lo mismo. ¿Alguna vez has entrado a algún Burger King?
Su olor es distintivo y para nada es una casualidad. Burger King ha desarrollado un aroma que es una imitación de carne a la barbacoa que se dispersa por la red del aire acondicionado y no necesariamente proviene de la cocina. Así se aseguran de que te acuerdes de ellos cuando huelas un olor parecido. Con tanta competitividad, las marcas necesitan diferenciarse ya sea mediante logotipos, olores, sonidos o incluso rituales.
Sí, estás escuchando bien. Los rituales de marca son una de las mejores formas para destacar un producto. Porque si algo diferencia Oreo de otras galletas, es su peculiar forma de comerse la galleta. Primero abrirla, chupar la crema blanca del medio y luego mojar el resto de la galleta en la leche. Crear un ritual de marca es complicado, pero es algo que hará única a tu marca.
Por suerte, gracias a los estudios que se llevan a cabo cada año, empezamos a entender poco a poco cómo funciona nuestro cerebro. El mayor estudio de neuromarketing realizado hasta la fecha, las verdades y mentiras sobre por qué compramos y secretos sobre el marketing y la psicología que te ahorrarán mucho dinero.
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